miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cuando se empieza desde el inicio?

Me acaba de entrar esta idea a la cabeza. Bueno, tal vez la comentaré otro día, en otro momento y tal vez hasta en otro medio. Ver el blog de sado (el carente de cabello bajista de mi banda)me ha recordad que tengo un blog, así que lo he decidido visitar, además ha sido un día asuetoso gracias a una rara gripe contagiada me ha llevado a pasar la noche en la casa de mis padres, rondando en la www y soportando los ronquidos de mi hermano mayor. Si, debe de ser un buen momento para otra sesión de D.M.A.

Hablábamos de una ciudad, de este avanzado cuchitril, nido de ideas tutifruti cargado del contrastante sabor agri-dulce-salado-amargo-avecesrico-otrasnotanto que hemos bautizado como Asíncopa.

Oh si, ya lo veo (espero ustedes también). Los autos en su incesante frenesí, parando cada 3 metros, los conductores odiando los semáforos que han decidido que su destino será recibir la habladurías de sus jefes, algunos olores de coladera flotando cerca de alguna rosticería y la inevitable sensación de tierra en las manos, causa de caminar a través de esos imecas que se muestran como la cereza en la punta del pastel de vivir en la ciudad. Gente por aquí, gente por allá, el sol al cien y la faramalla habitual sorprendieron los ojos, cansados por los años, de Daniel, que frunció el ya arrugado ceño para responder las miradas curiosas que le acertaba la gente al pasar. La escena no era nueva, pero aún así provocaba incertidumbre entre la muchedumbre que fluía por la entrada/salida del metro. Incluso provocó incertidumbre en Daniel, que no se había percatado que se quedó parado a la mitad del camino, a la mitad de una idea, repitiendo frase tras frase algunas teorías poco propias de alguien cuerdo.

-¿Pero que les importa? Siguen caminando a su trabajo, que no ven que su mismo contrato social tiene escrito entre líneas la sentencia que los lleva a nunca encontrar la felicidad....- Alzó la voz. La gente por un momento volteó, algunos pararon para escucharle, y acto seguido todos siguieron su camino, dejando comentarios al aire como "Llamen al loquero" y "así quedas por tanto alcohol".-Siguen caminando. Se nos engaño una vez a cada quién, religión, entretenimiento, morbo. Como sea.

Daniel movió la cabeza un par de veces en ademán de incertidumbre y entró al metro. Ya adentro, en un asiento siguió repitiendo frases que asustaban a la gente, claro, junto a su mal olor y su apariencia poco amigable. Así se internó en el viaje sin fin que tienen estos chorizos metálicos, bajando aleatoriamente en algunas estaciones y sin dejar de repetir sus frases que ante el público común no tenían coherencia ni sentido.

Ya entrada la tarde, después de alternar entre oficinistas y obreros, estudiantes y vendedores, el silencio llegó a la boca de Daniel. Un silencio de 30 segundos, detonado por el curioso acercamiento de un preparatoriano que dejó a sus compañeros para sentarse al lado de Daniel y poner atención a las frases que decía.

-Idiota! molestas hasta a los vagos!- Soltaron a carcajadas burlonas sus compañeros.- Ves Brahms? no tienes que sacar tus mamadas de tu quesque familia alemana para molestar a la gente.- Por unos momentos lo único que se escuchó fue el débil sonido de los audífonos del chico.
-Callate!, yo nunca dije que fuera alem...
Ironía!.-gritó sobresaltado Daniel.- Uno, cuatro, tres, cinco, sin conducción de voces siquiera, sin resaltar la tensión...Es una ironía que un bodrio como tu lleve ese apellido. Espectador de melodías refritas. A veces la vida es tan divertida por casos como tu que da asco!.- Canturreó mientras se paraba ante la mirada sorprendida de los muchachos y bajo tranquilamente en la estación en la que se encontraban.-Es tiempo de descansar.

Mientras la puerta se cerraba las carcajadas de los compañeros del muchacho no se hicieron esperar.

Tres cuartos de hora después, entre la bruma salida de alguna coladera y el frío que se tejía con la oscuridad de la noche, Daniel abría una pesada puerta en el fondo de un callejón. Un pequeño pasillo blanco lo llevó a un cuarto lleno de computadoras, matraces, sustancias, pizarrones y libros, donde una persona con bata revisaba pacientemente una muestra en un microscopio.

-Pensé que tardarías unos días mas en regresar, Euler. Alguien te volvió a cambiar de parecer?- preguntó sin quitar los ojos de los oculares.
-Ya sabes, las respuestas llegan cuando uno menos se lo espera, y de las formas más irónicas. Nunca se sabe cuando... Tomaré un baño y bajaré para trabajar en el proyecto. Solo quedan unos meses y ya tenemos que estar preparados para la revelación. Si supieran todos esos idiotas en manos de quién estan sus vidas no vivirían con esa indiferencia. Avísame cuando el departamente de astrobiología rinda su informe y dile a Kraepelin que ya no podemos salir a "despejar la mente". No queda mucho tiempo...





Y así acaba el relatillo de hoy. Segun se ven las cosas pronto habra otro....pronto. Boa noite el que lo lea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

very nice, todo eso se te ocurre?

Kami dijo...

yeah! muy bueno, pero me kga andar usando el diccionario asi que ahorrate las palabrotas jajaja

Kami dijo...

Oye prometiste subir musik! Ya afloja!